Ateísmo, ¿puede ser un paso previo al Advaita?

El ateísmo se define, en su sentido más amplio, como la ausencia de la creencia en la existencia de un dios. De manera que un ateo no cree en ningún Dios, ni en el cristiano, ni en el del Islam, ni en las deidades de los hindúes… en ningún dios de las llamadas religiones. Incluso, en un sentido más estricto, un ateo rechaza la creencia de que cualquier deidad exista, lo que quiere decir, que a su “ausencia de creencia” se le añade la emoción del “rechazo”.

¿Qué ha pasado aquí?

Pues, pasa que nuestros padres y madres, cuando somos niños y niñas, nos educan según sus creencias. Creemos según la sociedad donde nos haya tocado nacer porque automáticamente, nos meten – entre la familia y el colegio –  en el “tubo” correspondiente para convertirnos en “buenos creyentes” de la religión al uso. Much@s habremos vivido eso en menor y mayor medida.

¿Qué problema tiene esto? Pues, que no funciona, no creemos de verdad en el dios que nos han “vendido”. Al crecer nos volvemos ateos porque intuimos que aquello no es verdad.

¡Bienvenido sea este paso!

Desde el Advaita, está muy claro que no existe un señor con barba blanca, un dios en forma de una persona de sexo masculino, que manda sobre el mundo; está clarísimo que es un invento de la mente humana, no es real. La Realidad es mucho más grande.  Así que bienvenido sea el rechazo del ateo a creencias infantiles que hacen aguas por todas partes.

Ahora bien, falta el siguiente paso: salir de los cuentos infantiles y salir del mundo de las creencias, que son por definición mentales, e ir en búsqueda de la Verdad.

El Advaita te invita a buscar respuestas por ti mism@, no creerse nada ni a nadie, sino buscar la experiencia propia, la vivencia, aquello que después de haberlo vivido sabes cómo es, de primera mano. Quienes así lo han experimentado, los más conocidos se llaman Jesús, Buda, Shankara, Santa Teresa…y muchas más personas anónimas que han recorrido cada uno su camino, tod@s para llegar al mismo sitio: que Todo lo que es, es en esencia Conciencia (= sinónimo para Divinidad).