No somos el organismo cuerpo-mente, allí no hay nadie, solo una historia del yo que creo que soy.  En realidad, nuestra supuesta identidad es solo un cumulo de pensamiento e ideas que dicen que yo soy esto y aquello. Estamos llenos de ideas sobre nosotros mismos. Si a esto le asociamos los sentimientos y las emociones se conforma lo que llamamos la psique. Y me pienso que soy esto y es normal que sea así porque es lo que me han dicho desde pequeñ@.

Para comprobar que solo es una creencia y que no se sostiene, solo hay que ir al momento presente. Aquí se experimenta que todas estas ideas sobre mi aparecen y desaparecen. Asi que si son tan volátiles, es porque en realidad no existen. El yo es una historia que nos contamos a nosotros mismos y nos la creemos, pero si te pones a buscar este yo verás: nunca lo vas a encontrar porque realmente no existe.

Lo que sí queda es el Yo con mayúscula, la Conciencia que soy; aquello que permanece siempre. La identidad del yo (pequeño) que creo ser va variando – aparece y desaparece. Yo soy ese Yo que siempre está percibiendo este momento, sin agregarle nada, ningún pensamiento que lo describa, solo percibirlo, nada más.

Todos los estímulos mentales y sensoriales están siendo percibidos por la Conciencia; detrás no hay un “ente percibidor”, solo el verbo PERCIBIR – nada que percibo ni nadie que lo perciba, objeto y sujeto se funden, devienen Uno. Eso es la fuente, el origen, la Conciencia, lo que somos.