…una oportunidad para estar presente que no solemos aprovechar mucho. En realidad, hacemos todo lo contrario. Nos esforzamos en desear para el próximo año todo lo que no pudimos lograr y lo que en nuestra imaginación aún persiste. También hacemos una evaluación del año vivido como si pudiéramos cambiar algo.

La oportunidad que aparece es ESTAR PRESENTE a lo que está sucediendo, con la atención puesta en cada momento. Descubriremos que es siempre el mismo momento, que no hay otro. Que los momentos vividos ya no existen y que los momentos por vivir aún no han llegado.

Las fiestas quedan reducidas a una distracción y una anticipación imaginaria llena de deseos o rechazos… Un buen regalo que podemos hacernos es ESTAR PRESENTE, sentir la vida, sin dejarnos llevar por los recuerdos del año pasado ni por las imaginaciones acerca del año que vendrá.

Descubrir cada momento, sentir la plenitud que los sentidos nos transmiten, sin interferencias de conceptos, juicios, opiniones – y descubriremos lo que la vida es antes de nombrarla, antes de desearla, antes de rechazarla. Lo que sucederá entonces es una sensación de unidad entre lo que es, tal como es, y lo que soy, tal como soy. Una sensación de SER que llamamos Paz, Armonía, Bienestar.